
CONTRA LA MISERIA, EL FRAUDE Y LA REPRESION CRIMINAL
¡HUELGA GENERAL!
FRENTE AL "PLEBISCITO" PINOCHETISTA
LA LIGA COMUNISTA HA DICHO:
1.- QUE NO ES UN GENUINO ACTO ELECTORAL, SINO UNA FARSA
1.1. El carácter fraudulento del plebiscito pinochetista no ofrece dudas de ningún género habida cuenta de las condiciones políticas y electorales en que tendrá lugar. Nada que provenga de un régimen tan absoluta y brutalmente antidemocrático como el que existe actualmente en Chile puede ser, en algún grado siquiera, compatible con los derechos, intereses y aspiraciones de nuestro pueblo. Mucho menos todavía un evento que, como en su época el plebiscito hitleriano, es parte clave del dispositivo institucional fascista.
1.2. Para que el pueblo chileno pudiera expresarse libremente sería necesario que se reuniesen a lo menos las siguientes condiciones:
a) Que se pusiera definitivamente término a todos los estados de excepción que desde hace 15 años coartan o restringen a entera discrecionalidad del régimen los derechos civiles y políticos de la población;
b) Que se derogara el artículo octavo y todas las disposiciones similares y/o complementarias que coartan la libertad de asociación y la constitución legal de partidos políticos;
c) Que se garantizara el acceso libre e igualitario de todos los partidos políticos a los medios de comunicación de masas, especialmente la televisión;
d) Que se disolviera la CNI y otros organismos de represión política, término de las fiscalías ad-hoc, efectiva igualdad ante la ley y verdadero respeto a las garantías individuales;
e) Que se estableciera un cuerpo electoral plenamente representativo y un sistema de elecciones transparente en todas y cada una de sus diversas instancias, lo que supone un registro automático de toda la población en edad de votar y mecanismos de control público y democrático de los escrutinios.
Sin la existencia previa de tales garantías democráticas no puede imaginarse siquiera la posibilidad de un acto electoral legítimo.
1.3. A todos estos requisitos mínimos de validez electoral hay que añadir, para los efectos de cualquier plebiscito, el de una configuración democrática de sus alternativas. El conjunto de estas condiciones mínimas es obviamente incompatible con un régimen de guerra permanente contra el pueblo como el actual. Vale decir, es incompatible con la existencia de la tiranía fascista. El régimen de Pinochet por una parte y la libre expresión de la voluntad popular por la otra son términos que se excluyen el uno al otro. Son tan incompatibles entre sí como lo son el aceite y el vinagre. Quince años de brutal tiranía debieran ser más que suficientes para llegar a esta conclusión elemental.
2.- QUE EL OBJETIVO DE LA TIRANIA AL CONVOCARLO NO ES OTRO QUE DAR UN ASPECTO DE LEGITIMIDAD A LA INSTITUCIONALIDAD FASCISTA Y DESALENTAR CON ELLO LA DEMANDA Y MOVILIZACION DEMOCRATICA DE NUESTRO PUEBLO
2.1. Por las razones expuestas anteriormente es claro que el pueblo chileno no ha sido convocado a un verdadero plebiscito. La tiranía sabe perfectamente lo que a mayoría del pueblo piensa del régimen fascista y, por ello mismo, jamás ha estado ni estará dispuesta a ligar su suerte al resultado de un evento electoral. Sólo la más inadmisible ingenuidad política, real o fingida, puede llevar a admitir tal posibilidad. Lo que la dictadura está montando, por tanto, es simplemente una gigantesca farsa publicitaria que, con ropaje plebiscitario, le proporcione una legitimación ritual de la institucionalidad fascista tal como ella ha sido modelada por su Constitución de 1980.
2.2. Lo que verdaderamente está en juego en esta batalla aparentemente electoral no es, en consecuencia, el destino inmediato del régimen sino el modo, grado de eficacia y credibilidad con que la tiranía logrará renovar su argumento de legitimidad. El modo al que recurre para procurarse este objetivo no es, ciertamente, una condición de existencia de la institucionalidad fascista. Siempre es posible idear "cursos de acción" alternativos. Pero políticamente, sobre todo teniendo en cuenta la tradición cívica del país, el mecanismo electoral constituye un instrumento crucial para vitalizar por una parte la cohesión y dinamismo de las propias fuerzas y por otra para sembrar la confusión y desmoralización en las fuerzas adversarias. En otros términos, para las perspectivas políticas del régimen, al menos a corto y mediano plazo.
2.3. El pueblo chileno no se encuentra enfrentado hoy a una escaramuza más sino a una batalla política de gran envergadura. La importancia política de esta batalla deriva tanto de las circunstancias como de los propósitos que han impulsado al régimen fascista a realizar un esfuerzo por trasladar y focalizar la lucha social y política que convulsiona al país sobre un escenario y un momento elegido por él. En la medida en que, acicateada por la enorme extensión que ha cobrado ya el movimiento democrático y sobre todo por su creciente combatividad, la tiranía se ve en la imperativa y urgente necesidad de renovar su argumento de legitimidad del modo más eficaz que le resulta posible, tales circunstancias la empujan a recurrir al expediente seudoplebiscitario, rodeándolo de una apariencia de efectiva consulta democrática. Ello le garantiza a esta maniobra al menos una inevitable resonancia política a lo largo y ancho del país .
3.- QUE ANTE LA MANIOBRA ESTRATEGICA DE LA TIRANIA LA OPOSICION BURGUESA YLA IZQUIERDA TRADICIONAL SE HAN REVELADO COMPLETAMENTE INCAPACES DE DAR UNA CONDUCCION CLARA Y CONSECUENTE A LA LUCHA DEMOCRATICA
3.1. Resulta sin duda esencial para las perspectivas inmediatas de la lucha democrática el definir una posición clara y consistente frente a esta coyuntura. El carácter espurio del plebiscito no será obstáculo para que el régimen logre su objetivo si logra comprometer e ilusionar en esta farsa a un alto porcentaje de la población. Así ocurrió en 1978 y 1980, con la activa complicidad de los conciliadores. Es esta también la principal preocupación que Washington ha exteriorizado frente a la realización de este evento. Lo anterior es tanto más efectivo cuanto que, en el marco legal que convalida, incluso la derrota electoral del régimen le permite a éste consolidarse institucionalmente. No es posible observar ni el más leve indicio de una voluntad negociadora en La Moneda. En contra de la voluntad generalizada de los chilenos la pandilla pinochetista pretende prolongar indefinidamente la existencia del régimen fascista.
3.2. Teniendo en cuenta tanto los propósitos de la tiranía como el expediente espurio en el que se apoya ¿qué les corresponde hacer a todos quienes luchan por terminar cuanto antes con este régimen del terror y la miseria? La única actitud consecuentemente democrática ante la farsa es la denuncia del fraude y la organización de un vasto movimiento popular de rechazo a éste y los demás eslabones de la institucionalidad fascista. Es, en otros términos, un reforzamiento de la movilización democrática de nuestro pueblo de modo que, sin detenerse ni por un instante, gane en extensión y profundidad hasta terminar de una vez y para siempre con la tiranía fascista. Esta línea es no sólo la única digna sino también la única realista, la única verdaderamente capaz de frustrar las expectativas de la tiranía. Está fuera de toda duda que ésta puede manipular y alterar radicalmente los escrutinios, pero no podría impedir ni ocultar jamás una negativa masiva de la población a participar en la farsa.
3.3. No ha sido ésta, sin embargo, la actitud que han asumido la mayoría de los partidos opositores, sino exactamente la contraria. Más interesados en desbaratar la movilización democrática del pueblo que en terminar con el actual régimen político antidemocrático, lo partidos burgueses de oposición fueron los primeros en capitular ante los planes de perpetuación de la tiranía y se acomodaron con prontitud al escenario plebiscitario dispuesto por ella. Movidos por una sensación de total impotencia, los partidos tradicionales de la izquierda se fueron acomodando uno tras otro al cauce elegido por la oposición burguesa. Con esta actitud, expresión de su profunda desconfianza en la capacidad de lucha de nuestro pueblo, los partidos tradicionales de la izquierda confirman la completa bancarrota política en que se debaten. En cada coyuntura decisiva, el democratismo pequeñoburgués corre a refugiarse a los brazos del democratismo burgués.
4.- QUE LO QUE SE IMPONE, ANTES, DURANTE Y DESPUES DEL "PLEBISCITO", ES PONER EN LOS HECHOS Y NO SOLO EN LAS PALABRAS EL ACENTO EN LA MOVILIZACION UNITARIA Y COMBATIVA DEL PUEBLO.
4.1. Los hechos confirman de este modo una vez más que solo colocándose en la perspectiva del proletariado se puede hoy desplegar una lucha, democrática consecuente. La burguesía es ya incapaz de ocultar su profunda hostilidad a las amplias masas del pueblo en cuyas reivindicaciones perciben una formidable amenaza a sus privilegios e intereses. Por ello se han esforzado y se esfuerzan por sacar al movimiento de masas del terreno de la movilización. Los demócratas pequeñoburgueses, escépticos incurables, que actúan movidos por una profunda desconfianza en la capacidad de lucha de las amplias masas obreras y populares, se muestran totalmente incapaces de hacer frente a esa política antipopular. Por esa vía se establece su lazo de dependencia ideológica con respecto al democratismo burgués del que pasan a constituir su ala más radical, bulliciosa pero en definitiva impotente y suplicante.
4.2. Resulta cada vez más evidente que el movimiento obrero y popular constituye hoy por hoy la única tuerza verdaderamente democrática del país. Es por tanto de su nivel de organización, cohesión y decisión de lucha que dependen realmente las perspectivas de la lucha democrática. Así como no se puede pretender pasar por alto los verdaderos escenarios de la confrontación política entre las clases, impuestos por el propio curso de los acontecimientos sobre la base de las correlaciones de fuerza imperantes en cada coyuntura, tampoco se puede pretender hoy ignorar la imperiosa y urgente necesidad de abrir nuevos cauces a una intervención real, multifacética y vigorosa de las amplias masas populares en la escena política del país. De un protagonismo popular que se manifieste con un claro carácter rupturista, de efectiva impugnación del régimen fascista en todos los terrenos.
4.3. No obstante, la completa bancarrota política de los partidos tradicionales de la izquierda y la falta de unidad de las corrientes clasistas y revolucionarias ha dejado una vez más sin conducción adecuada al movimiento obrero y popular. En tales condiciones las masas no han tenido más alternativa que marchar a regañadientes por la pantanosa senda elegida por la oposición burguesa. Compelidas por estas circunstancias a transitar por esta vía, las masas están inevitablmente condenadas a cosechar nuevos desastres. Dependiendo de lo que los revolucionarios seamos capaces de hacer en estas condiciones ello las puede conducir tanto a un estado de frustración y derrota difícil de remontar como a sacudirse de una vez por todas aquellas ilusiones de las que hoy son víctimas. Ello impone hoy a los revolucionarios la necesidad de:
a) Aunar fuerzas y esfuerzos para levantar en alto con la mayor fuerza las demandas populares de pan, trabajo, justicia y libertad, evitando que ellas queden relegadas a un segundo plano.
b) Denunciar activa y persistentemente la farsa plebiscitaria del régimen, combatiendo activamente las ilusiones y tratando de impedir que las masas sean posteriormente presas del derrotismo.
c) Preparar nuevas movilizaciones generalizadas y combativas de nuestro pueblo, impulsando con la mayor decisión la reconstrucción de la CUT y la movilización rupturista de las masas, tomando parte activa en todas las manifestaciones antidictatoriales.
Es también nuestro deber acoger y respaldar activamente todas las propuestas e iniciativas que, surgiendo de la base misma del pueblo, apunten en esa misma dirección. Solo organizando una vasta campaña de denuncia activa del fraude y logrando comprometer en ella a amplios sectores de nuestro pueblo estaremos en condiciones de interpelar con la fuerza que se requiere a las corrientes conciliadoras que se han prestado una vez más a la sucia tarea de ilusionar, confundir y desmoralizar a la mayoría democrática del país.
Nuestro llamado a todos los destacamentos de vanguardia del movimiento obrero y popular es hoy a organizar, impulsar y conducir conjuntamente la movilización unitaria y combativa del pueblo en torno a esta orientación de lucha democrática consecuente.